PFC: Hotel para deportistas en el Camino de los Neveros

DATOS

Título: Hotel para deportistas en el Camino de los Neveros

AutorES: Carlos Romero Ponce

Localización: Granada

Escuela: Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada

Convocatoria: Septiembre 2016

FRAGMENTO MEMORIA DEL PROYECTO

Historia del lugar: El Camino de los Neveros

El lugar donde se ubica el proyecto está fuertemente marcado, como la propia calle indica, por el antiguo y desconocido oficio de los neveros. Estos se encargaban de subir en verano (julio y agosto) a las cumbres más altas de Sierra Nevada con caballerías en busca de la nieve que nunca desaparecía, para llevársela al pueblo. Salían de madrugada y volvían a la puesta del sol, aprovechando el frío de la noche para que se les derritiera la menor cantidad de nieve posible. Llevaban serones en los mulos donde cargaban la nieve que a la vuelta, temprano de madrugada, vendían a los arrendadores.

Uso: descanso para deportistas

El solar del proyecto se presenta como una puerta abierta hacia Sierra Nevada. El paso de la historia por el lugar ha ido trazando, por necesidad, una gran cantidad de rutas que, hoy en día, son perfectas para practicar deporte en un entorno insuperable. Esto, junto a las similitudes existentes entre los antiguos neveros y los deportistas de montaña, hacen de este sitio un punto perfecto para el descanso de montañeros.

Composición formal del proyecto

La conformación del volumen del proyecto se lleva a cabo teniendo en cuenta la forma en planta del solar, la forma del propio terreno y las vistas existentes. De esta forma, el edificio se divide en dos piezas: tres franjas de gran tamaño, que contienen los usos comunes del hotel, y que enmarcan las vistas hacia Sierra Nevada; y tres franjas estrechas de habitaciones, que se curvan amoldándose al terreno, y que miran hacia diferentes puntos de la Vega. Estas dos piezas quedan separadas por un espacio alargado, que será utilizado para hacer fluir las conexiones entre ambas.

El camino como base del proyecto

El proyecto se presenta como una extensión del Camino de los Neveros. Así, la circulación se centra en un recorrido exterior, que conecta con todos los espacios interiores del edificio, sin entrar en él. El edificio crea una nueva topografía, que se compone de tramos llanos y rampas, que son las que dan continuidad a la hora de conectar las diferentes alturas.