Tienda online de Márgenes Arquitectura: arquitectura y cultura contemporánea

La casa desde la modernidad hasta nuestros días

La casa desde la modernidad hasta nuestros días

Dos libros complementarios para entender el siglo de la vivienda y lo que sus posos nos deparan.

manuel-martin

La casa que habitamos es el producto de una serie incontable de hogares que han existido en un ancho espacio y un largo tiempo. El porqué de su forma y sus características, cómo influye en la manera de vivir de las personas, y cómo se puede mejorar la vida de éstas a través del diseño doméstico, son cuestiones a las que antes o después se enfrenta cada arquitecto y que han merecido respuestas diferentes a lo largo de los años.

Existe una extensa bibliografía que ayuda a entender distintos aspectos del problema a partir de cuestiones tipológicas, sociológicas, históricas y económicas. Personalmente siento un especial aprecio por libros que me han enseñado a comprender mejor a las personas y sus hogares. Entre ellos: ‘House Form and Culture’, de Amos Rapoport; ‘Regard sur l’immeuble privé’, de Christian Moley; ‘La vivienda contemporánea’, de Paricio y Sust; ‘La casa: evolución del espacio doméstico’, de Beatriz Blasco Esquivias; o ‘At Home: an Anthropology of Domestic Space’ de Irene Cieraad. En esta lista también están dos títulos publicados no hace mucho por la editorial Reverté, que afortunadamente a estas alturas de la vida sigue produciendo libros en papel, asequibles y de gran calidad, cuidadosamente editados y profusamente ilustrados. Se trata de ‘La casa en la arquitectura moderna’, de Manuel Martín Hernández; y ‘La arquitectura de la vivienda colectiva’, de Josep Maria Montaner, de los que versa esta reseña.

El primero de ellos es un estudio de la idea de lo doméstico en la modernidad desde sus antecedentes decimonónicos hasta la mitad del siglo XX. Más que una narración unitaria, el libro es un compendio de capítulos diversos en su estructura: una exposición de los orígenes y el significado de la modernidad; un manual de las herramientas y estrategias de diseño de la arquitectura moderna; un extenso catálogo razonado de los proyectos más descriptivos de la época; y una conclusión que retoma las cuestiones planteadas a lo largo del texto.

montaner

Por su parte, el libro de Montaner se centra en el estudio de la vivienda colectiva y en el papel del bloque como pieza fundamental en la creación de la ciudad moderna. Sus páginas condensan el contenido de las clases que el autor ha dado durante cuarenta años en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Muestra del dilatado proceso de confección del libro es que setenta y siete personas aparecen en la sección de agradecimientos. Montaner explica la evolución de la vivienda colectiva a través de un barrido amplio de ejemplos europeos, americanos y asiáticos que sirven para ilustrar las cuatro partes de libro: una primera en la que muestra las bases y antecedentes modernos de la vivienda colectiva contemporánea; una segunda parte donde se resumen los movimientos críticos en respuesta a la modernidad; una tercera parte que repasa los sistemas contemporáneos de organización de viviendas en distintas escalas —unidad, bloque y barrio—; y una cuarta parte que recoge las tendencias actuales alternativas a los proyectos arquitectónicos y urbanos dominantes.

Mientras que el texto de Martín Hernández se centra en la época y los actores del Movimiento Moderno, el de Montaner despacha la modernidad con rapidez para centrarse en el periodo que va desde mediados del siglo XX hasta el presente. De hecho, no sería difícil ver ambos libros como dos entregas consecutivas de una misma historia.

En el desarrollo de la vivienda y la ciudad moderna convergen las preocupaciones diversas de la época. Entre ellas, el planteamiento pragmático y funcionalista —higienista, taylorista, maquinista— de la arquitectura como un problema de organización de las actividades cotidianas y sus espacios correspondientes; la visión de la sociedad y el individuo como entes dinámicos, sustentados en el cambio, el movimiento y la fragmentación; la búsqueda de la coherencia formal y técnica del edificio como una obra de arte total; la concepción de la arquitectura y el urbanismo como herramientas para progreso social, político y económico de las ciudades; el desarrollo de la tecnología de la construcción y los sistemas industrializados, y con ellos la posibilidad de la estandarización y la repetición en serie.

Todas estas líneas de investigación devienen en la búsqueda del tipo, probablemente el problema fundamental de la modernidad. Los dos autores centran en este afán sus estudios, con enfoques diferentes. Y aunque no se extiendan demasiado en ello, también señalan la banalización de todo el proceso, visible en los ensanches modernos y contemporáneos de nuestras ciudades.

manuel-martin-2El tono de Martín Hernández es respetuoso y ligeramente distante. Escribe acerca de los proyectos y sus autores sin caer en la mitomanía, tan típica en textos sobre la época heroica. Pero su pulcritud no es acrítica y genera dudas razonables: si la Casa Farnsworth es inhabitable, si Le Corbusier eligió una cabaña de madera para su retiro, si la Casa de las Flores es de estilo neorregionalista y si la Dymaxion House es la versión mecanizada de una yurta mongola, ¿dónde reside entonces su modernidad? ¿Qué tienen en común estos y otros referentes de vivienda del Movimiento Moderno y en qué se diferencian de modelos domésticos tradicionales? ¿Existe realmente una idea moderna del habitar? Estas son las preguntas alrededor de las cuales se desarrolla el estudio.

Tras la lectura de ‘La casa en la arquitectura moderna’ tres cuestiones me llaman la atención. En primer lugar, la tensión que los proyectos analizados muestran entre la idea tradicional del hogar como refugio estable, y la visión de la casa como vehículo de transformación del individuo al servicio de una sociedad vertiginosa y cambiante.

En segundo lugar, cómo los arquitectos modernos fueron conscientes de formar parte de un movimiento renovador, alimentado por cientos de publicaciones, exposiciones, congresos y viajes en los que unos y otros se conocieron y pusieron en común su trabajo. El libro rastrea las conexiones entre los distintos proyectos y observa su impacto en obras posteriores.

Y finalmente y a consecuencia de lo anterior, que el Movimiento Moderno fue un caldo de cultivo efervescente en el que las ideas se mezclaban y superponían, alimentándose unas de otras en un proceso que discurrió por una vertiente más artística que científica. Una seña de identidad del arquitecto moderno es el deseo de dar una solución de autor a casi cualquier aspecto de la vida cotidiana, muchas veces a partir de la redefinición subjetiva de las cosas. ¿Qué es la familia? ¿Cómo compartimos el espacio público? ¿Qué ocurre entre que lavamos y guardamos la ropa en el armario? Este proceso de reinvención de la casa, la ciudad y el papel que las personas deben cumplir en cada contexto dio resultados desiguales, pero extendió un sistema de pensamiento grandilocuente y cándido que todavía se enseña en nuestras escuelas de arquitectura. El propio Martín Hernández expresa la esperanza de que la lectura de su libro, donde se exponen tantos casos de viviendas de todo tipo, alivie la necesidad de nuevos arquitectos de volver a inventar desde cero lo que ya lleva tantos años inventado. Para muestra, un botón: John Habraken, que escribe el prefacio de ‘La arquitectura de la vivienda colectiva’, publicó a principios de los años sesenta el sistema de soportes para dar nada menos que una solución general a los problemas del alojamiento de masas. Como explica Montaner, la idea fundamental de su manifiesto, separar los edificios de vivienda en soportes estructurales fijos y unidades domésticas configurables por el usuario, ya había sido descrita con anterioridad, por ejemplo por Le Corbusier en su Plan Obús y sus metáforas del botellero. Este, por su parte, exhibió estos proyectos como ideas revolucionarias cuando a su vez podría haberlos visto ya reflejados en la ilustración del Teorema 1909 publicado ese mismo año por la revista Life, y así sucesivamente. Problemas de autorías y originalidades aparte —que ya han sido discutidos en otros foros y no vienen al caso— la cuestión es que tras tantos remakes visionarios aún es difícil encontrar datos objetivos que apoyen o no la pertinencia de plantear un proyecto semejante ante un ayuntamiento o un promotor actual. Probablemente, más método científico y menos ardor guerrero habrían sido más útiles para nosotros en este caso, pero la modernidad no llegó a dar ese paso.

montaner2‘La arquitectura de la vivienda colectiva’ muestra que el sueño moderno produjo a veces monstruos. En el texto se explican los proyectos que fallaron y las voces críticas que surgieron, así como los motivos, las aspiraciones, los aciertos y los errores de los sucesivos movimientos posmodernos aparecidos hasta hoy: las new towns inglesas y les grands ensembles franceses, las experiencias organicistas, los intentos de incorporar a los usuarios al proceso del alojamiento, la vivienda flexible, los programas mixtos, la recuperación de los centros urbanos, la rehabilitación de las periferias, los eco-barrios, etc.

El libro es especialmente valioso por su carácter ecuménico y su enfoque contemporáneo. Y más allá de estudiar las tendencias de vivienda colectiva y sus ejemplos más notables, Montaner pone de relieve la fugacidad del papel protagonista que los arquitectos han tenido como ideólogos de la ciudad. Con el declive de la socialdemocracia y el auge del neoliberalismo, los proyectos de vivienda tienen cada vez menos importancia como generadores de la vida urbana, sometida a los dictados e intereses del mercado inmobiliario.

Sirvan estos dos libros, mientras dibujamos baños en suite, vestidores y cocinas con isla en pisitos de cincuenta metros cuadrados, para mantenernos despiertos. Dos enfoques complementarios para entender el siglo de la vivienda y lo que sus posos nos deparan.

Agatángelo Soler Montellano

 

 

0 Comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*


*

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>